Esto es algo que se debe tener muy claro. La sanación de un órgano depende, en primer lugar, de la voluntad de Dios y, en segundo lugar, del grado de irreversibilidad que tenga, de la capacidad del cuerpo de poderlo curar. Por eso es muy importante vivir de tal forma que no se pasen todos los semáforos, es decir, las líneas rojas, porque si el abuso ha sido demasiado profundo y ha perdurado por mucho tiempo a veces la curación no se puede dar. A través del uso de remedios sencillos podrá recuperar plena o parcialmente sus funciones siempre y cuando no esté destruido de forma irreversible.
Adjunto video sobre este particular.
La curación NO siempre es posible por Nely Helena Acosta Carrillo