Dios no puso ni una sola partícula de aluminio dentro de nuestros cuerpos, por lo que ese metal, tal y como lo utilizan los hombres, por ejemplo, para fabricar las cazuelas que se usan en la cocina, resulta altamente peligroso para la salud de grandes y pequeños. Y mientras más caliente, peor. Las cazuelas, las bandejas y el papel de aluminio contaminan los alimentos. Y le comento algo: el aluminio es el único elemento abundante en nuestro planeta que no tiene utilidad en las funciones biológicas de ningún ser vivo. Y eso no lo digo yo, lo dice un experto en la materia:
“No hemos logrado identificar ni una sola propiedad del aluminio que aporte el menor beneficio a ningún sistema biológico. Es evidente que ha supuesto un enorme beneficio para la humanidad en cuanto a la ciencia de materiales y en las múltiples formas en las que usamos el aluminio en la edad del aluminio, pero ¿beneficia a algún sistema bioquímico? Y no estamos hablando solo de los seres humanos. Estamos hablando de que desde la bacteria más pequeña hasta los seres humanos, no tenemos la menor evidencia de que ningún organismo use el aluminio de forma activa para obtener algún beneficio.” Christopher Exley. Toxicólogo medioambiental.
Visto lo visto, aunque usted no me lo ha pedido, me atrevo a darle un humilde consejo: no use cacerolas, sartenes, cubiertos, papel de aluminio o ningún recipiente de aluminio en su cocina. El aluminio es tóxico para el cuerpo, especialmente para el cerebro. Cuando el aluminio se calienta suelta moléculas que pasan a los alimentos. Ingerir esa comida mezclada con aluminio tiene un efecto de envenenamiento.
Adjunto video donde se amplía este conocimiento.
