“Estando sanos o enfermos, el agua pura es para nosotros una de las más exquisitas bendiciones del cielo. Su empleo conveniente favorece la salud. Es la bebida que Dios proveyó para apagar la sed de los animales y del hombre. Ingerida en cantidades suficientes, el agua suple las necesidades del organismo y ayuda a la naturaleza a resistir la enfermedad. El baño también fortalece las funciones de los intestinos, el estómago y el hígado, dando energía y nueva vida a cada uno de ellos. También promueve la digestión y en vez de debilitar el sistema, lo vigoriza. En lugar de aumentar la sensibilidad al frío, un baño tomado apropiadamente fortalece al cuerpo contra el frío, porque mejora la circulación; y los órganos internos que a veces están congestionados, experimentan alivio, porque la sangre afluye a la superficie, produciéndose así una circulación más regular a través de todos los vasos sanguíneos.” EGW. Consejos para la salud, 103
El agua es amiga de la salud. Se necesita su uso interno, pero también externo. Beber agua es como bañarse por dentro. Y no hay que esperar a tener sed para beber agua. El tener sed es un síntoma de deshidratación. Hay que cultivar el hábito de beber agua. Se debe tomar agua con frecuencia y siempre a temperatura ambiente y separada de las comidas porque es una de las leyes de la salud. El agua ayuda a limpiar los tejidos, a mantenerse hidratado y a conservar la vida. La cantidad de agua que necesita beber una persona diariamente es variable. Depende del tamaño de la persona, de la temperatura ambiental, del clima (seco/húmedo), del tipo de oficio (activo/sedentario). El mejor termómetro para saber si usted está o no hidratado es el color de la orina. Si la orina es de color amarillo claro, no tiene espuma ni mal olor, es perfecta. Si la orina es oscura, huele a amoníaco o es espumosa indica que, entre otras cosas, usted está deshidratado en alguna medida. Esa es una señal que le indica que si usted no toma urgentemente medidas y comienda a tomar agua como se debe más temprano que tarde se va a ver en serios problemas. Y como ya se ha mencionado, usar el agua en el aseo diario es una práctica muy conveniente. Ayuda a eliminar impurezas y a vigorizar todos los sistemas.
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